6 startups espaciales españolas en la carrera mundial por el New Space

6 startups espaciales españolas en la carrera mundial por el New Space




6 startups espaciales españolas en la carrera mundial por el New Space

En otro artículo te contábamos cómo es la carrera de las startups españolas para liderar el espacio, las oportunidades del sector y los problemas que afrontan estos proyectos intensivos en capital y con largos periodos para empezar a comercializar sus productos. Aquí te ofrecemos 6 ejemplos de algunas de las startups espaciales de nuestro país que están liderando esa carrera.

6 startups espaciales españolas en la carrera mundial por el New Space
Raúl Torres (CEO) y Raúl Verdú, cofundadores de PLD Space, con Ezequiel Sánchez, presidente ejecutivo de la compañía.

PLD Space

La única empresa europea que ya ha lanzado un cohete

PLD Space lidera en toda Europa el lanzamiento de cohetes. Un hueco en el que no tienen ningún competidor en España (hubo hasta 4 pero solo quedan ellos) y muy pocos en Europa (aunque ninguno que haya probado ya sus satélites con un lanzamiento como ya ha hecho PLD Space).

De hecho, sus fundadores, Raúl Torres y Raúl Verdú, emprendieron en este nicho de mercado porque se dieron cuenta de que había mucha demanda (muchos satélites por lanzar) y muy pocos cohetes que pudieran hacerlo.

“A nivel europeo no hay prácticamente cohetes europeos disponibles para lanzar satélites a órbita; estamos dependiendo de players americanos, indios, chinos, antes rusos también. Tenemos una oportunidad de negocio muy interesante porque hay muchos satélites para lanzar y muy pocos cohetes y estamos aprovechando ese gap entre oferta y demanda para hacer mucho negocio», explica Raúl Verdú, cofundador y responsable de Desarrollo de Negocio de PLD Space.

«Somos los líderes europeos a día de hoy, porque somos la única empresa que ya ha lanzado un cohete y empezando operaciones comerciales ya el año que viene con satélites a bordo. Nuestra competencia está en prueba para hacer el primer lanzamiento”.

Desarrollar satélites como startup

La empresa se fundó en 2011, 13 años que Verdú describe como una larga travesía por el desierto. “Hemos pasado la mitad del tiempo buscando financiación para llegar al mercado y la otra mitad desarrollando tecnología. Esto es un proyecto complejísimo a todos los niveles, institucional, gubernamental, de permiso, financiero, humano, tecnológico, logístico… un reto brutal. Nosotros fabricamos los cohetes en Elche, los probamos en Teruel y los lanzamos en la Guayana Francesa o en Medio Oriente. Tenemos que estar mandando cohetes a todas las partes del mundo”, dice Verdú.

Para hacer todo eso realidad, cuentan con un equipo de 300 personas con 20 nacionalidades.

Competir con SpaceX

Cuando crearon la empresa tenían el objetivo de “ser el SpaceX europeo. Claro que en aquella época SpaceX no era tan grande como lo es hoy”. Un objetivo que casi han cumplido, pero con matices.

“Más que competir somos complementarios. A nosotros vienen muchos clientes que no ven viable lanzar sus satélites con los cohetes de SpaceX por diferentes motivos: porque no van a la órbita que tocan o porque son satélites muy pequeños. No siempre los cohetes de SpaceX son una solución y ahí es donde nosotros entramos a complementar con Miura 5 (su primer cohete comercial)».

«Pero tenemos la ambición de competir con lo que hace SpaceX en el futuro, es decir, nosotros hemos desarrollado un cohete pequeño, pero queremos desarrollar un cohete mediano y un cohete grande”, asegura Raúl Verdú.

Un modelo vertical y sostenible

PLD Space ha creado un modelo vertical para hacer toda la parte del proceso de lanzamiento de un cohete. “Los diseñamos y los ensayamos, que esa es una de las grandes innovaciones o disrupciones que hemos tenido en el sector. Hemos integrado todo verticalmente”, comenta Verdú, que aclara, que no por ser pequeños son una empresa low cost.

“Somos una empresa premium, damos un servicio más dedicado. O sea, volar con SpaceX es como comprar un billete en una aerolínea comercial y nosotros somos como volar en un jet privado: el cliente dice, yo quiero fletar mi propio avión, que salga del aeródromo de al lado de casa y a la hora que yo diga. Y eso es más caro”, explica Raúl Verdú.

Otra clave de su modelo es la sostenibilidad, una asignatura pendiente para sus competidores. Sus cohetes son reutilizables, “cada cohete lo lanzamos cinco o seis veces. Eso nos permite ser más sostenibles (nos parece inadmisible dejar los cohetes en el océano o en los desiertos como hacen la mayoría) y ser más rentables; conseguimos multiplicar por dos los márgenes que le sacamos a cada lanzamiento”.

Las cifras de negocio

Hasta ahora han conseguido 170 millones de financiación, principalmente equity privado y coinversión de CDTi. También ayudas regionales de la Comunidad Valenciana, de Aragón, por su actividad industrial. Y ya están empezando la fase comercial.

“Hasta la fecha hemos facturado 50 millones de euros, pero esto es anecdótico. La idea es facturar 450 millones de euros en 2030, con márgenes muy altos porque una vez que el cohete está desarrollado, es muy barato producir y lo podemos vender muy caro”.

Para conseguir esos objetivos de negocio, aspiran a hacer 4 lanzamientos para 2025-2026 y unos 30 para 2030.


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Por la izquierda, Vicente González (COO) y Julián Fernández (CEO), fundadores de FOSSA Systems.

FOSSA Systems

Desarrollo de nanosatélites y de soluciones de conectividad para dispositivos IoT

En 2020 Julián Fernández (CEO) y Vicente González (COO) fundaron FOSSA Systems, una startup que desarrolla nanosatélites y soluciones de conectividad para dispositivos IoT. Crearon la empresa pensando desde el principio en ofrecer un servicio vertical, asumiendo internamente desde la fabricación de sus nanosatélites (satélites que pesan unos 6 kilos y con un tamaño similar al de una caja de zapatos) hasta los servicios finales de conectividad.

Un modelo que les permite ser más eficientes económicamente y más ágiles en sus respuestas. “Es verdad que es muy difícil, tiene mucho más mérito hacerlo así porque tienes que desarrollar todo desde cero y desarrollar la tecnología, pero luego una vez que empiezas a correr corres mucho más rápido y de forma mucho más asequible. De hecho, un poco consecuencia de eso es que en cuatro años hayamos sido capaces de convertirnos en la empresa española que más satélites ha lanzado en órbita baja», explica Julián Fernández, CEO de FOSSA Systems.

«En los últimos cuatro años hemos lanzado unos 20 satélites y la previsión es lanzar en los próximos años unos 80 para completar nuestra constelación de 80 satélites en órbita baja, en torno a unos 500 kilómetros de altura”, añade Fernández.

“¿La función de las constelaciones de satélites? A diferencia de los satélites geoestacionarios, que eran los tradicionales, estos satélites no están quietos en el cielo, sino que se van moviendo muy rápidamente, dan muchas vueltas al planeta cada día y hace falta que se vayan intercambiando para que siempre haya uno en un determinado punto. En nuestro caso, estos 80 nos dan cobertura en todo el planeta, en todo momento”, añade Julián Fernández.

Un modelo único en el mundo

“En España hay muchas empresas que hacen satélites de órbita baja (Alén Space, Deimos Space, adquirida por Indra), pero nosotros tenemos una peculiaridad, y es que nuestros satélites se usan para IoT, Internet de las cosas. Lo que hacemos es dar un servicio de conectividad de baja velocidad a dispositivos que estén desplegados en diferentes lugares, sea para conectar un contenedor en una zona remota o para conectar un oleoducto, recogemos datos de sensores pequeñitos y de baja potencia para monitorizarlos y ayudar a las empresas a tomar mejores decisiones».

«En España Sateliot hace algo similar, pero ellos no fabrican sus propios satélites y está enfocada en una tecnología que se llama 3GPP que es celular en el IoT, mientras que nosotros usamos LORA; son tecnologías competidoras y ellos tienen un modelo que es más de operador, más como un Telefónica o un Vodafone. Nosotros estamos integrados verticalmente, con un modelo más comparable con Starlink de SpaceX”, apunta Julián Fernández.

La diferencia de su servicio IoT está en que no requiere inversiones tan elevadas como las constelaciones de comunicación tradicionales y, además, hay menos competidores.

Hay muchas constelaciones que se están desplegando, entre ellas la europea IRIS 2, que es muy grande, y en la que Hispasat, que es española, tiene una gran relevancia en este contrato de diez mil millones. Es una constelación que está más enfocada a ancho de banda, como Starlink, que es para conectarte a Netflix, a Google. Realmente, somos la única empresa que tiene este modelo en Europa, somos el Starlink de IoT europeo. Había otra pero la compró SpaceX hace dos años. Es un mercado que se está consolidando y no están quedando muchos players”, dice Julián Fernández.

EBITDA positivo desde el primer año

Para llegar hasta aquí han levantado entre subvenciones y financiación privada en torno a diez millones de euros, la última una ampliación de capital de 6.3 millones de euros en la que entró un fondo de capital portugués y una corporación japonesa. Y aunque éste es un sector en el que tradicionalmente se tarda en empezar a facturar, FOSSA tuvo “EBITDA positivo desde el primer año, pero es cierto que nuestro modelo ha sido mucho invertir en la tecnología, en la I+D, preparar esa constelación y este año es el año en el que empezamos a facturar y ya estamos empezando a comercializar la solución».

«Hasta ahora hemos facturado unos 4 millones en lo que son preventa de nuestros dispositivos y de nuestra conectividad, pero también tenemos otro modelo de ingresos, que es la venta exclusivamente del satélite. Por medio millón de euros puedes tener tu propio satélite para tener tu red privada y con ese modelo hemos vendido a empresas como Microsoft en EEUU para que tengan sus propias constelaciones de IoT”, explica Julián Fernández.

Son productos enfocados a grandes empresas, como Exolum España o Microsoft EEUU, organismos públicos y Gobiernos.


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Jaume Sanpera, CEO de Sateliot.

Sateliot

Satélites 5G para el Internet de las cosas

Sateliot es la única compañía del mundo que opera con satélites 5G para el Internet de las cosas. Una oportunidad que vieron ya en2018 cuando fundaron esta compañía ubicada en Barcelona con el propósito de desarrollar constelaciones de satélites para IoT a un precio muy inferior al de mercado.

“Los satélites para el Internet de las Cosas (IoT) es un ámbito que hasta ahora se había desarrollado poco por el elevado coste de los equipos terminales. Cuando creamos la compañía vimos una oportunidad de romper esa dinámica haciendo una constelación que trabajase directamente con equipos estándares, los mismos que utiliza Telefónica o Verizon en EEUU, equipos que fabrican decenas de miles de empresas en el mundo y que permiten conectar con el operador móvil o con el operador satelital directamente, sin hacer nada en el equipo. Y que en vez de costar 300 euros te cuestan 5 euros”, explica Jaume Sanpera, CEO de Sateliot.

Nuestros satélites son los primeros en el mundo en conectar desde el espacio dispositivos de IoT celulares (de red terrestre). Es decir, utilizamos el estándar 5G NB-IoT, el mismo protocolo que emplean los dispositivos IoT celulares en tierra. Actualmente, las redes no terrestres (NTN) utilizan protocolos propietarios, lo que significa que los dispositivos IoT que se conectan en tierra requieren hardware especial, ya que no forman parte del estándar 5G y operan con un sistema distinto al celular. Esto obliga a las empresas que desean conectividad satelital a invertir en equipos específicos».

«En Sateliot hemos desarrollado una solución de «modo dual», que permite a los dispositivos 5G NB-IoT celulares conectarse directamente a nuestros satélites además de a las redes terrestres. Por eso decimos que estamos democratizando la conectividad, al ofrecer un servicio de conectividad global verdaderamente integrado”, añade Sanpera.

Sus satélites sirven de apoyo para dar cobertura a las compañías de telecomunicaciones en lugares donde ellos no llegan. “El año pasado lanzamos 4 satélites que dan cobertura en todas partes y estamos ya iniciando la fase comercial con pilotos para operadores, porque nuestro modelo de negocio es un modelo de negocio mayorista, no vamos al usuario final».

«Como utilizamos los mismos equipos que utiliza Telefónica, lo que hacemos es ser una extensión de cobertura de teleoperadores móviles. Cuando un cliente de Telefónica se queda sin cobertura, en ese momento ese cliente se busca en una estructura de roaming clásica otro operador y nosotros somos el otro operador que está donde no está nadie”, añade Sanpera.

Digitalizar el campo

Sateliot es una empresa de servicios para empresas, aunque para ofrecer esos servicios desarrollan su propio hardware y software, sus propios satélites, una forma de operar clave para la rentabilidad del negocio.

“Todo nuestro modelo de negocio está diseñado para ser súper escalable. ¿Qué significa? Como nosotros no vamos al cliente final, sino que ampliamos la cobertura de los operadores móviles, no tenemos que vender equipos. Nuestros equipos son los mismos que ya tienen los clientes, simplemente funcionan en la última versión del estándar, esto hace que nosotros podamos crecer rápidamente».

«Para que te hagas una idea, hace 20 meses empezamos a firmar binding orders, pedidos vinculantes de clientes en todo el mundo que quieren conectar un determinado número de objetos en zonas de poca cobertura a un determinado precio. Por ejemplo, un cliente que quiera conectar 10.000 sensores en la zona de Bahía a dos euros cada uno. En estos momentos tenemos pedidos, binding orders, por valor de 270 millones de euros. Facturamos a operadores móviles de 54 países».

«Es impresionante, nos ha sorprendido el interés que hay en el mercado por este tipo de soluciones. El mercado necesita conectividad para el internet de las cosas, la famosa digitalización de las ciudades no se está produciendo fuera de las mismas. Fuera de las ciudades hay un desierto de conectividad que vamos a cambiar gracias a nuestra tecnología, pero que hasta ahora solo existía para temas absolutamente críticos». «

Cuando te piden 400 euros por un dispositivo y 50 euros al mes, pues tiene que ser algo extremadamente necesario para pagarlo. Con nuestra solución, esto cambia. Estamos hablando de 5 euros del dispositivo más un euro y medio al mes por la conectividad”, explica Jaume Sanpera.

Una serie B de 70 millones de euros

Sateliot ha levantado hasta ahora más de 50 millones de euros en capital, “entre friends and family y una ronda serie A en la que entraron tres grandes players, uno es Indra, otro es Cellnex y el tercero es la SEPI a través del fondo Germina. Y ahora estamos cerrando la serie B, de 70 millones de euros”, comenta Sanpere.

Que añade: “Entramos en este nicho porquevimos una oportunidad inmensa de digitalizar el mundo rural. Esa es la principal utilidad de nuestros servicios, la digitalización de todos los ámbitos donde hoy no es posible hacerlo. Vimos que había un negocio inmenso y creamos la empresa».

«Nuestra previsión es facturar mil millones de euros para 2030. Es que vamos a estar facturando mil millones o no vamos a estar.Desplegar una constelación de satélites con cobertura mundial en 5G IoT exige unas inversiones inmensas. Nosotros somos los primeros que lo estamos haciendo en el mundo y la oportunidad es inmensa, pero no te puedes quedar a la mitad. No puedes hacer una constelación solo para España. O despegas para todas las partes o no despegas”.


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Carles Franquesa y Guillermo Valenzuela, fundadores y CEOs de Aistech.

Aistech

Tecnología espacial para el monitoreo de la temperatura de la Tierra

Fundada en 2015, Aistech se ha especializado en la toma de imágenes térmicas de la Tierra con una tecnología geoespacial propia (hardware y software) que sirve a organismos oficiales y grandes empresas de todo el mundo a “entender los cambios de temperatura que se producen sobre la superficie de la Tierra en buena medida derivados de la actividad humana».

«Por ejemplo, un incendio forestal en un lugar remoto puede ser debido a diferentes factores, tanto a la actividad humana como a un rayo, pero las emisiones de industrias generan calor y nosotros lo monitorizamos desde el espacio mediante imagen térmica de alta resolución”, explica Carles Franquesa, CEO de Aistech.

Un nicho en el que no hay ningún competidor a día de hoy con tecnología de esta precisión disponible en el mercado español y muy pocos en el mundo.“Hay cinco compañías a nivel mundial que nos dedicamos a imagen térmica. De ellas, dos son estadounidenses, dos son alemanas y una es española. La española somos nosotros”.

Cuando lanzaron, “había imágenes visibles, imágenes de radar, pero la imagen térmica no estaba disponible a nivel comercial o eran muy costosas. Imágenes que generadas mediante drones o aviones a los que se les colocaba una cámara térmica y que requerían volar un dron o un avión para monitorizar un área concreta. Una solución muy costosa y poco eficaz. Y luego estaban y están las imágenes de satélites con imagen térmica que tienen algunos estados, muy pocos, satélites en la órbita de defensa militar y por lo tanto no existía la capacidad de poder poner a disposición del mercado ese tipo de imágenes”, comenta Carles Franquesa.

Para poner en el mercado este tipo de imágenes ellos han desarrollado unos telescopios que colocan en constelaciones de satélites que permiten monitorizar constantemente cualquier parte del mundo. Una solución más eficaz y con menos coste, en definitiva.  

Startups espaciales que cuidan de la Tierra

“Nosotros estamos en medio de la cadena de valor del sector. Estamos en esas compañías que desarrollan tecnología para observación de la Tierra, porque hemos desarrollado nuestro propio sistema. Compramos a terceros el satélite, donde metemos nuestro telescopio y lanzamos nuestra propia constelación. Es decir, operamos los satélites y generamos datos con estos satélites».

«Esos datos se los vendemos a las compañías que generan información sobre aspectos concretos de diferentes sectores: agricultura, minería, gestión de agua, etcétera”, explica Franquesa. “Hacemos telescopios espaciales, telescopios térmicos, pero también sacan imágenes en visible y en infrarrojo cercano”, añade.

El apoyo de la Agencia Espacial Europea

Con esta tecnología su objetivo es ocupar un lugar de referencia a nivel mundial. «Este año lanzamos tres satélites y nuestro objetivo es desplegar una constelación de mínimo 25 satélites entre 2028 y 2029 que nos permitan ofrecer estas imágenes de elevada calidad con la recurrencia que requieren los clientes”.

A día de hoy facturan tres millones de euros y “con el despliegue de la constelación las cifras se incrementarán sensiblemente”.

Para llegar aquí han contado con el apoyo de CDTI y ENISA. También ha sido clave la Agencia Espacial Europea que en 2023 les ha seleccionado para formar parte del programa Copernicus como proveedor de datos.

“Llevamos cinco o seis años desarrollando tecnología de observación de la Tierra y este año vamos a empezar a ver todos los resultados y retornos de la inversión. El sector espacial ahora mismo está viviendo un boom importante. Hay más apoyo por parte de los gobiernos y de los fondos de inversión, que ven oportunidades interesantes», apunta Guillermo Valenzuela, cofundador y coCEO de la compañía.

«Y hay dos factores que van a influir en su desarrollo también. Uno es la situación geopolítica y otro es el cambio climático. Nuestra especialidad, que es la imagen térmica, sirve para las dos áreas. Para auxiliar en temas geopolíticos y para la lucha contra el cambio climático. Es un momento interesante, la verdad, a nivel espacio”, añade Valenzuela.


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Pablo Durban, CEO de Hydra Space Systems.

Hydra Space Systems

Soluciones de IoT satelital y nanosatélites personalizados a bajo coste

Hydra Space Systems desarrolla toda la cadena de valor de la industria aeroespacial, salvo el lanzamiento. Eso les permite desarrollar nanosatélites a precios muy bajos y crear satélites a medida para cada cliente.

“Nos establecimos en 2021 para construir una plataforma satélite que fuese lo más barata y sencilla posible. Lo más fácil de fabricar y de lanzar posible. Nuestros satélites tienen 5x5x8 centímetros y 400 gramos de peso, son muy pequeñitos y muy baratos de fabricar. Y ya hemos lanzado diez unidades”, explica Pablo Durban, CEO de Hydra Space Systems.

Una tecnología que sirve para dos tipos de clientes. “Empresas que quieren probar sus propias soluciones. Por ejemplo, una empresa de Reino Unido, una spin-off de la Universidad de Manchester que ha desarrollado una tecnología basada en grafeno y la quiere utilizar en el espacio, ver cómo se comporta en órbita. Nosotros hemos construido un satélite para ellos, hemos integrado su tecnología en el satélite y lo hemos lanzado hace un mes, y ahora están recibiendo datos de cómo su tecnología se está comportando en órbita».

«Esto para ellos es muy importante, porque además de ver qué funciona y qué no, les permite ir a sus clientes y a sus inversores y decirles, oye, mi tecnología ha estado en órbita, les permite dar un mensaje de confianza y de fiabilidad a sus inversores y a sus clientes”, explica Durban.

“De todos los satélites que hemos lanzado hasta ahora, todos llevaban algún tipo de carga útil de un tercero que quería hacer algún tipo de prueba en órbita. Son satélites que hacemos por unos 100.000 euros y en seis meses los ponemos en órbita”.

“La otra línea de negocio en la que trabajamos es el mundo de las comunicaciones IoT. La capacidad de conectar sensores en zonas aisladas, donde no hay cobertura de redes móviles. Hay otras empresas que están haciendo cosas parecidas, pero nosotros tenemos una tecnología muy eficiente y muy flexible, podemos construir soluciones muy personalizadas».

«Podemos ir a un cliente y proponerle que despliegue una constelación propia, que tenga sus propios satélites en el espacio y que en lugar de gastarse 200 millones de euros en esa constelación, sean 6 u 8 millones, eso ya es algo que permite que instituciones regionales y entidades privadas tengan infraestructura satelital propia, con las ventajas que eso implica”.

Integrar toda la cadena de valor

“Nosotros tenemos toda la cadena de valor del sector espacio y comunicaciones, la tenemos internalizada, excepto el lanzamiento. Lo único que no hemos hecho ha sido hacer un cohete. Para eso trabajamos sobre todo con SpaceX, pero también hemos lanzado con Firefly, que es otro lanzador americano. Vamos a lanzar con un lanzador coreano a finales de este año y con un lanzador alemán en 2025. También con PDL cuando esté listo para lanzar su cohete».

«Como es el único elemento de la cadena que nosotros no controlamos, hemos intentado diversificar para tener flexibilidad en ese aspecto. Pero todo lo demás, el satélite, la electrónica, la radiofrecuencia, el protocolo de comunicaciones… todo lo hacemos nosotros internamente”, comenta Pablo Durban.

Y eso es lo que los hace únicos, según su fundador. “No conozco otra empresa que utilice componentes tan sencillos, resistencias y condensadores para crear un satélite. Entonces, eso quiere decir que al final el valor añadido que metemos en medio es muy grande».

«O sea, a partir de componentes muy básicos, construimos un satélite y un protocolo de comunicaciones que va a órbita y funciona. Ese control de la tecnología nos permite ser muy eficientes, por un lado, pero sobre todo nos permite ser muy flexibles a la hora de resolver problemas de clientes y adaptar nuestra solución a diferentes extremos”.

Financiación y planes de futuro

La empresa ha invertido un millón de euros, entre aportaciones privadas y ayudas públicas y su facturación va en aumento. En 2023 facturaron 140.000 euros, en 2024 300.000 euros y la previsión es llegar a los 600.000 este año y alcanzar 1.8 millones en 2026.

“Como Hydra, nuestra idea es seguir en la línea en la que estamos, seguir creciendo y hacer proyectos cada vez más grandes. Hemos hecho muchos proyectos de manera autónoma, como compañía, pero cada vez más estamos empezando a trabajar con otras empresas, con empresas más grandes, integrándonos en consorcios, haciendo proyectos cada vez más ambiciosos».

«Queremos crecer en esa línea y ser al final una referencia en plataformas y soluciones satelitales muy eficientes y que requieren mucho expertise y mucha tecnología propia de mucho valor añadido, como es la nuestra”.


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Chema Molina, CEO y fundador de Frenetic.

Frenetic

Diseño de componentes magnéticos usando modelos inteligentes e IA

Frenetic no es una startup exclusivamente aeroespacial, pero fabrica componentes que se utilizan en esta industria, además de otros sectores. Su fundador y CEO, Chema Molina, vio la oportunidad durante su doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid cuando se dio cuenta de que no existía una herramienta precisa para diseñar y simular transformadores y en 2015 crea la primera versión de lo que hoy es Frenetic, para dar respuesta a esa necesidad en la ingeniería eléctrica.

Tres años después lanza la compañía “con el objetivo de aplicar modelos inteligentes al diseño de transformadores e inductores. Con el tiempo, inversores estratégicos han respaldado nuestra evolución, permitiéndonos ampliar la tecnología y cerrar una ronda de financiación Serie A».

«En 2023 dimos un paso más integrando diseño y fabricación en un mismo flujo de trabajo. Hoy seguimos mejorando nuestras herramientas con la idea de que cualquier ingeniero pueda diseñar fuentes de alimentación de manera más rápida y eficiente, reduciendo al máximo el número de horas en laboratorio”, comenta Chema Molina.

Hace unos meses llamó la atención en el mundo aeroespacial por haber puesto sus productos en un cohete de SpaceX. “Un proyecto que hicimos con Thales Alenia para la elaboración y el montaje de tres magnéticos que viajaban a bordo del cohete de la nave Dragon de SpaceX hacia la Estación Espacial Internacional (ISS). En el mundo aeroespacial, un error de cálculo en la potencia de un transformador puede hacer que una misión de mil millones de dólares termine en una bola de fuego. Los cohetes no fallan en el espacio, fallan en una hoja de Excel». 

«Frenetic cuenta con un software, que es la base de la tecnología que usa la empresa, que ayuda en diseño de componentes magnéticos usando modelos inteligentes e IA, lo que ayuda a eliminar fallos y optimizar cada pieza de hardware antes de que exista físicamente. Lo que hacemos en Frenetic es aplicar inteligencia artificial para agilizar ese proceso, ayudando a ingenieros a encontrar soluciones óptimas en menos tiempo”, continúa Chema Molina. 

Eficiencia energética en el espacio

“La conquista del espacio se mide en vatios y velocidad de diseño. Todo en una misión espacial es además de llegar primero, una cuestión de energía: cuánta necesitas, cómo la generas y cómo la gestionas. Desde los satélites hasta los sistemas de propulsión eléctrica, cada panel solar, cada rover en Marte depende de convertidores de potencia que optimicen hasta el último electrón».

«Frenetic ha logrado con su reciente software que con solo tres especificaciones (voltaje de entrada, voltaje de salida y potencia), cualquier ingeniero eléctrico pueda obtener un diseño de convertidor y circuito en segundos, proporcionándote el resto de parámetros para lograr un diseño customizado más rápido y efectivo del componente magnético (pieza clave de una fuente de alimentación)”. 

“En definitiva, la electrónica de potencia juega un papel crucial en la eficiencia energética de cualquier misión, y el diseño de estos sistemas ha sido tradicionalmente un proceso largo y manual; nuestro objetivo es reducir en minutos lo que sin el apoyo de software se tardaría semanas en diseñar y validar”, explica el CEO de Frenetic.

Inteligencia aeroespacial

“El último siglo fue el de la información. Este es el de la energía. Todo lo que está transformando la economía—coches eléctricos, inteligencia artificial, computación cuántica, estaciones espaciales privadas—tiene un problema en común: cómo gestionar la energía. Sin inteligencia basada en datos, las misiones a Marte serían imposibles. Y también lo sería cargar tu móvil en cinco minutos».

«La inteligencia artificial ya se usa en muchas áreas del sector aeroespacial: optimización de trayectorias, mantenimiento predictivo o procesamiento de datos de satélites. En nuestro caso, la IA ayuda a los ingenieros a diseñar sistemas de conversión de energía más rápido y con menos margen de error. No es una varita mágica, pero su impacto en la industria es innegable”, añade Molina.

Y no solo en aeroespacial: “En automoción, reducimos el peso de los convertidores de los coches eléctricos. En defensa, creamos sistemas más resistentes a interferencias electromagnéticas. En servidores de IA, maximizamos la eficiencia de la energía que mueve modelos gigantes. La electrónica de potencia es invisible, pero si desapareciera, todos los avances en rapidez, eficacia y accesibilidad lo harían con ella”, asegura Chema Molina.

Tecnología punta para muchas industrias

La compañía se ha financiado hasta ahora con fondos de venture capital de España, Portugal y Alemania y con el apoyo de Enisa, CDTI y la Comisión Europea.

“El futuro de la compañía es expandir esta inteligencia a más sectores, integrarnos con más partners y hacer que el diseño de hardware tenga la velocidad y flexibilidad del software”.