¿Te gustaría hacer de tu empresa el ‘mejor’ lugar para trabajar?
¿Te gustaría hacer de tu empresa el ‘mejor’ lugar para trabajar?
Desde que, a principios de los años 80, los periodistas Robert Levering y Milton Moskowitz recibieron el encargo de un editor de Nueva York de buscar cuáles eran las mejores empresas para trabajar en Estados Unidos y plasmaron el resultado de su investigación en un libro (que fue el origen de la actual certificación homónima), empresas de todos los sectores, tamaños y partes del mundo han tratado de dar respuesta a esta pregunta capital.
Hoy, certificaciones como la propia Great Place to Work (GPTW), Top Employers o la española Empresa Familiarmente Responsable (EFR) siguen intentando hacerlo y, para ello, han diseñado una serie de estándares y criterios que permiten obtener un sello de calidad en este sentido a aquellas empresas que logren acreditar su cumplimiento.
Pero más allá de conseguir una acreditación de la que presumir en redes sociales, ser percibido como un destino apetecible para que un profesional quiera desarrollar allí su carrera es una ventaja competitiva para cualquier organización.
Datos recientes señalan que el 70% de las compañías que invierten en crear un lugar de trabajo excepcional consiguen aumentar en, al menos, un 10% la satisfacción laboral de su plantilla. Entre los beneficios que lleva aparejado ese incremento, menor absentismo, menor rotación, mayores tasas de fidelización y atracción de talento, mayor compromiso y, sí, lo han adivinado: mayor productividad.
Pero, ¿qué convierte a una empresa en un gran lugar para trabajar? Partiendo de la base de que cada persona es un mundo y a cada individuo le motivan cosas diferentes, sí es posible extraer una serie de elementos comunes que contribuyen a lograr que esos espacios de trabajo sean lugares en los que un lunes por la mañana no es un tormento sino una oportunidad para afrontar un nuevo y estimulante desafío.
El salario
En la famosa pirámide de Maslow, la dimensión fisiológica del trabajo es la base sobre la que se sustenta todo lo demás. Sin unas condiciones salariales mínimamente adecuadas, es difícil que las personas permanezcan demasiado tiempo en un mismo lugar de trabajo.
Los beneficios sociales
Las mejores empresas no sólo aseguran esa dimensión dineraria o alimentaria del trabajo, sino que la incrementan con programas de beneficios sociales a la medida de sus trabajadores. Especialmente, en el ámbito del bienestar y el cuidado de la salud, tanto física como mental. Los profesionales quieren estar en empresas que se preocupan por ellos y que lo demuestran con hechos.
Las instalaciones y la tecnología
Unas instalaciones cómodas y equipadas con todo lo necesario, como mobiliario, espacios, equipos informáticos, software y resto de elementos físicos o digitales, para poder desarrollar el trabajo de manera cómoda y efectiva –ya sea desde la sede corporativa o desde el hogar del empleado en el caso del teletrabajo– son esenciales para empezar a construir un gran lugar para trabajar.
La cultura
Además de proporcionar los elementos físicos y digitales, una organización atractiva es aquella que incorpora las necesidades del empleado a su propia cultura, de tal manera que está en todo momento presente en el centro de sus políticas, visión y valores.
El ambiente laboral
Un ambiente de trabajo agradable, diverso, inclusivo, divertido y en el que las personas se sientan valoradas, escuchadas y respetadas es un imán para el talento, y el entorno más propicio para que los profesionales puedan y quieran ofrecer su mejor versión.
Las oportunidades de carrera
Hablando de ofrecer la `mejor versión`, el deseo de progreso está en la propia esencia del ser humano. Queremos aprender nuevas habilidades, desarrollar competencias e incorporar conocimientos que nos permitan abordar nuevos y más ambicioso desafíos, que nos ayuden, en definitiva, a llegar más lejos.
Las empresas que facilitan esa posibilidad de crecimiento, desarrollo profesional y mejora continua a sus trabajadores mediante programas de capacitación –en reskilling y upskilling– y oportunidades de carrera son las mejor valoradas.
El liderazgo
El liderazgo juega un papel fundamental en la capacidad de una empresa para atraer y fidelizar talento. Se necesitan líderes que no sean meros “jefes”, sino guías capaces de inspirar a sus colaboradores y de aglutinar voluntades en torno a un objetivo compartido.
Líderes redárquicos, y no jerárquicos, que sean auténticos catalizadores de talento y den a sus colaboradores la autonomía y confianza suficientes para que puedan tomar sus propias decisiones sin miedo al error y sintiéndose respaldados por su empresa.
La comunicación
Una comunicación fluida, honesta y bidireccional entre los distintos estamentos de la empresa es otro de los ingredientes de un gran lugar para trabajar. Los empleados valoran organizaciones transparentes en las que abunde el feedback constructivo, la escucha empática y se admita el debate y la divergencia de opiniones como fuente de aprendizaje y mejora continua.
La flexibilidad/conciliación
Los nuevos mercados se caracterizan por su flexibilidad en todos los niveles. Y lo mismo sucede con los profesionales. Las compañías que facilitan conciliar la vida profesional con la personal, horarios flexibles y posibilidad de teletrabajar parten con ventaja en la lucha por el talento valioso y comprometido.
El propósito
El mejor pegamento que puede fijar el talento a una organización es que ésta tenga unos valores, visión, misión y, en definitiva, un propósito empresarial claro y alineado con los de sus propios trabajadores. Cuestiones como la sostenibilidad, la diversidad o la búsqueda del bien común ganan peso en los actuales entornos globalizados y digitalizados.
Y es que los empleados quieren trabajar en empresas con las que compartan mucho más que un mero contrato laboral basado en el intercambio de un salario a cambio de trabajo.