Lecciones de 5 emprendedores de éxito para aprender a fracasar bien

Lecciones de 5 emprendedores de éxito para aprender a fracasar bien




Lecciones de 5 emprendedores de éxito para aprender a fracasar bien

Fracasar para avanzar’ es el título del libro orientado a los emprendedores y puesto ya a la venta en Amazon, tanto en versión Kindle como en papel. En él se recogen un total de diez fracasos, de los cuales seis corresponden a Ramón Blanco, autor principal e impulsor de la publicación.

Actualmente, Blanco es co-fundador de Indexa Capital y Bewater Funds, empresa que acaba de salir a bolsa con un valor de 150 M€. En el pasado, fue presidente y vicepresidente de varios bancos europeos, fundador de su propio banco, Selftrade Bank (hoy Singular Bank). Fue también 15 veces internacional de rugby, deporte al que se mantiene vinculado como tesorero de la Federación Española de Rugby.

Los cuatro fracasos restantes se reparten entre Pedro Luis Uriarte, padre del concierto vasco, y ex CEO del BBVA; Luis Martín Cabiedes, fundador del fondo de tecnología Cabiedes & Partners y uno de los inversores más valorados en nuestro país; François Derbaix, fundador de TopRural, que luego vendió a Expedia, Rentalia, que luego vendió a Idealista, y cofundador de Indexa Capital y Bewater Funds; y Pablo Melchor, co-fundador Crazy Labs, que luego vendió a Nurun, de Regalador.com y actualmente co-fundador y presidente de la Fundación Ayuda Efectiva.

¿Pero qué hacen todos estos multiemprendedores hablando de fracaso? Es la pregunta que le viene a uno a la cabeza a poco que ahonde en sus perfiles. Blanco lo cuenta: “La idea surge básicamente porque es un tema que me interesa desde hace mucho tiempo, qué es el fracaso y cómo se toma ese fracaso, especialmente en España, pero también en Europa continental, donde tengo bastante experiencia como profesional”. 

¿Qué es el fracaso?

“El fracaso para mí es la consecuencia de un mixmatch que surge por una falta de concordancia entre las expectativas que tienes y la realidad. A mayor distancia entre la una y la otra, mayor fracaso. Pero lo que haces luego con ese fracaso es lo que importa. Se pueden sacar aprendizajes de ellos y volverlos en positivo para no repetirlos, o te puedes hundir”.

El libro tiene dos objetivos. “El primero de ellos es desestigmatizar el fracaso,  decir a la gente que fracasar entra dentro de la normalidad, sobre todo si eres emprendedor. En EE.UU el fracaso, paradójicamente, incluso se valora. Los inversores sabemos que el emprendedor que más probabilidad de éxito tiene es el que ya ha tenido éxito anteriormente, pero el segundo es el que ha fracasado. Es decir, que tiene más probabilidad de éxito un emprendedor que ha fracasado que un emprendedor novel”.

La segunda razón de libro es porque, «siendo cierto que lo normal como emprendedor es fracasar, tienes que aprender a hacerlo. Hay ciertos fracasos de los que no te puedes recuperar, por eso hay que aprender a fracasar bien.

¿Cuáles son esos fracasos de los que un emprendedor no sale?

Blanco distingue principalmente, tres errores de los que un emprendedor no sale:

1. Avalar con deuda personal un emprendimiento. “Nunca, jamás, hay que avalar personalmente a la empresa porque, probabilísticamente, lo más fácil es que quiebre o que no acabe muy bien. Tienes que salir de ese emprendimiento fallido con la posibilidad de rehacer tu vida y empezar otra cosa, aunque sea trabajar por cuenta ajena”

2. Poner tu reputación enfrente de lo que está ocurriendo en la sociedad. “Hay que saber cerrar antes de quedarse sin dinero para pagar, a la Seguridad Social y a Hacienda seguro, pero también a los empleados y, si puedes, a la mayor parte de los proveedores. Si no lo haces así, eso va a acabar saliendo en los medios, lo van a saber los inversores, los bancos…y difícilmente vas a recuperar su confianza. Hacer un cierre ordenado te permite volver a intentar una nueva aventura”.

3. Que el emprendimiento te llegue a afectar personalmente. “No son pocos los emprendedores que entran en depresión o que terminan con problemas mentales. Son menos, pero hay también bastantes casos que acaban perdiendo la vida. Antes de que pase algo de eso, hay que saber cerrar el capítulo o vender la empresa como puedas”.

¿Hay alguna señal clara que te diga ‘para ya’?

Blanco dice haber abandonado algún proyecto solo por dos motivos: o por la pérdida de ilusión o cuando ha dejado de tener las cosas claras. Tampoco comparte el valor de la resiliencia en términos de emprendimiento. “Yo creo que hay que saber cerrar y que es mejor cerrar pronto que tarde”.

Una vez tomada la decisión del cierre, entiende que lo conveniente es hablarlo con los familiares, los inversores, reconocer que has fracaso y normalizar la situación para afrontar la próxima aventura.

¿A qué edad se fracasa más?

Abundando en el tema del emprendimiento joven, refiere Blanco estudios que indican que la probabilidad de éxito es mayor cuanta más edad se tiene hasta alcanzar los 60. “Es decir, que un emprendedor de 60 años tiene más probabilidades de acierto que otro de 55 y ya no te digo que otro de 22 años. Así lo dice la estadística”.

Las razones son varias. “Primero, porque una persona mayor de 50 años es posible que cuente ya con algunos ahorros que le permitan iniciar un proyecto sin necesidad de un inversor. Segundo porque ya tiene un círculo de personas con las que se ha relacionado en su vida profesional de las que puede tirar y contratar talento de calidad. No quiero decir con esto que todos los emprendedores de 50 años vayan a tener éxito, pero tampoco recomendaría a nadie invertir en un emprendedor de 20 años. Mi consejo sería empezar trabajando por cuenta ajena una temporada, aprender y luego ponerse a emprender”.

Y si, aún así, un hijo suyo se empeñase en emprender, ¿qué receta le daría? “Que se asegure bien de que hay un mercado, que es uno de los errores que yo cometí; que se rodee de un equipo y unos inversores que vean la vida exactamente igual que él, algo que suele obviarse siendo una fuente de problemas tremenda cuando las cosas empiezan a torcerse y, por último; que se marque una serie de objetivos y si no se cumplen que cierre”.

Moraleja: “El fracaso es parte del éxito”

El libro consta de 10 capítulos cada uno de los cuales expone un fracaso y un aprendizaje, desde el arriesgado mundo de las startups hasta los desafíos en la gestión de grandes empresas, pero si hubiera que extraer una moraleja de la lectura completa «sería que el fracaso es parte del éxito”. 

¿Quiere eso decir que Ramón Blanco recomienda el fracaso? “No, es mejor no fracasar, pero la probabilidad de que suceda es muy elevada, por lo tanto tienes que afrontarlo con una mirada positiva y, muy importante, aprender de él. En cualquier caso, espero que la gente no sea como yo porque no he aprendido nada del fracaso de los demás, solo de los míos. Eso sí, se han quedado grabados en piedra. Nunca los he vuelto a repetir y me han ayudado mucho para lo que he ido haciendo después. Confío al menos en que las recomendaciones del libro sirvan para reflexionar”.

Lecciones de 5 emprendedores de éxito para aprender a fracasar bien
Momento de la presentación del libro.

Donar como lo haría un emprendedor

Fracasar para avanzar’ está ya a la venta en Amazon. No existe propósito de publicarlo en una editorial por la sencilla razón de que quieren sacar el máximo margen de beneficio. Lo recaudado se destinará íntegramente a la fundación de Pablo Melchor, Ayuda Efectiva.

Consiste en una organización basada en los principios del altruismo eficaz que busca optimizar al máximo el impacto de las donaciones. Se trata de proyectos que resuelven problemas sociales con la mejor relación coste-efectividad. Los datos provienen de la organización mundial GiveWell, otra entidad sin ánimo de lucro que supervisa a otras ONGs y dedica más de 40.000 horas anuales a analizar dónde va el dinero y cuáles son las organizaciones que mejor o más lo optmizan para esa causa.